martes, 25 de noviembre de 2014

Al Ras 2014

Este festival, dedicado a la Old American Music y al Bluegrass, mejora año a año. Aquí os dejo unas cuantas fotos que tomé durante las actuaciones.

Xavi Olle, The Booty Hunters
The Booty Hunters
Hillbilly Gypsies con el apoyo de Richard Guitarland y Xavi Olle
Sunday Sofa Pickers, con el apoyo de Richard Guitarland
Joan Pau Comellas

Oriol Saña
La West Bluegrass Band, desde Bilbao


viernes, 11 de julio de 2014

Sunday Sofa Pickers en RockSound

El 28 de Junio, los Sunday Sofa Pickers tocaron en la sala RockSound del Poblenou como teloneros de los 'Widow Makers'. Una noche inolvidable. Y no exagero, ni doro píldoras, porque... ¿qué gano yo con ello? :-D 





Próxima entrada: Los Widow Makers en RockSound. O ¿cómo acabar dentro de un concierto de rock?

lunes, 7 de julio de 2014

miércoles, 7 de mayo de 2014

La noche toledana


Noche toledana, noche de callejones y leyendas. Al pasear por las callejas de Toledo no cuesta imaginar que aquellos pasos que se acercan pertenecen a un embozado, que un duelo ocurre justo a cinco metros, que un mercader esconde sus riquezas para evitar perderlas con la expulsión, que un cristiano ronda a la bella judía o morisca que suspira tras los cristales y cortinas del mirador, en definitiva, que el mundo que conoces se ha esfumado años adelante en el tiempo.

Abróchense los cinturones porque vamos a pasar de la guitarra eléctrica a la nyckelharpa en menos de veinticuatro horas, de los desayunos a ritmo de rock de ‘La Pepa‘ a Ana Alcaide, el hada de la nyckelharpa como la llaman en rne.

No me extraña que Toledo sea la ciudad de la península que ha inspirado más leyendas (unas doscientas) seguida muy de lejos por Sevilla (que se queda en unas ochenta) ‘Entorno Toledo’, desde la pasión por su ciudad, nos ayuda a descubrir algo más de las leyendas y curiosidades que esconden estas calles: un palacio con puertas en las que cada rey, asustado por predicciones de invasiones y caídas de imperios ocultas en un cofre, añadía un nuevo candado, águilas incendiarias, cristos troceados y sangrantes, inquinas religiosas, damas con estolas de armiños, apariciones tras los visillos de un ventana, soldados enamorados de estatuas de mármol…. Las oficinas de la empresa son un buen ejemplo de lo que se esconde bajo el suelo de Toledo. Se encuentran en unas antiguas caballerizas de una casa noble que Julián, un arqueólogo entusiasta, excava poco a poco para encontrarse cara a cara con la historia de su ciudad. Hasta ahora ha descubierto pavimento original de la época de los Reyes Católicos, un pozo y mazmorras de la época árabe, un trozo de muralla romana y un aljibe también romano, todo en la misma casa, capa sobre capa. En las mazmorras, nos enseña la momia de un gato y nos explica el proceso de desecación (habitual en Toledo, nos asegura luego al mostrarnos las fotos de unas momias que encontraron en una de los muchos kilómetros de galerías que recorren el subsuelo de la ciudad) 

Bécquer viajaba muy a menudo a Toledo y en estas calles se inspiran varias de sus leyendas. Sobre la tapia de un patio asoma un laurel que, según testimonios de su sobrina, fue plantado por el poeta y en una placita, solitaria y un tanto abandonada, una placa señala la ventana donde se le apareció la muchacha de la leyenda de las tres fechas. El sitio se ha transformado en lugar de peregrinación, en una especie de obra de arte en transformación. Junto a una cruz que señala la parte trasera de un altar, sobre la placa conmemorativa antes mencionada, hace unos años un maestro fanático de Bécquer dejó un libro, regalo de sus alumnos, que se ha integrado tanto que casi parece de piedra y hay gente que es incapaz de distinguirlo. El año pasado un artista añadió unas golondrinas referencia a las oscuras golondrinas que volverán sus nidos a colgar.

El dicho popular “pasar una noche toledana” hace referencia a cuando se ha pasado mala noche y no se ha podido dormir. En estos momentos, no se me ocurre nada más incierto. Viajen, paseen, piérdanse por los callejones y plazuelas. Disfruten de su noche toledana.

Direcciones de interés:
  1. Oasis Hostel Toledo: bueno, bonito y barato.
  2. La Pepa: Desayunos variados y también buenos, bonitos y baratos.
  3. Entorno Toledo: Paseos para descubrir la ciudad. La próxima vez que vaya a Toledo, probaré el Toledo Mágico'.
  4. Ana Alcaide: música con historia.
  5. Sala Pícaro: porque no todo ha de ser historia. 

lunes, 20 de enero de 2014

Los borrachos del alba


Deberían de ser casi las ocho de la mañana la primera vez que escuchamos una voz pastosa que explicaba que la vista de Barcelona desde aquel mirador del Turó de la Rovira era espectacular. Y deberían ser los ocho y cuarto la primera vez que los vimos. El hombre se tambaleaba e intentaba rodear el hombro de la chica extranjera, bastante más joven y que parecía rehuir el contacto. Aunque, quizás, huía del aliento etílico que nos llegaba también a nosotros, incluso en la distancia.

Durante veinte minutos nos olvidamos de la pareja y nos concentramos de nuevo en los cálculos de velocidades y exposiciones, en las luces de la ciudad, en la inminente salida del sol. Pero como el tiempo parecía no acompañar y las probabilidades de un amanecer despejado eran pocas, volvimos a centrar nuestra atención en la pareja.

La chica se había encaramado al muro que rodeaba el antiguo bastión de artillería, ahora reconvertido en mirador, y contemplaba absorta la ciudad, mientras el hombre se esforzaba, de manera un tanto penosa, en llegar junto a ella. Al tercer intento, logró subirse al parapeto y con pasos vacilantes, de bebé que descubre el mundo por primera vez, logró acercarse a ella, rodearle los hombros con un brazo, atraerla hacia él y transmitirle un bamboleo etílico. Joder, como tropiecen les va a ir a buscar su madre, pensé mientras imaginaba la caída que debería ser de unos veinte metros.

—¡Este es mi regalo para ti! —dijo el chico, mientras con el brazo libre hacía un barrido de la ciudad, como si se la entregara a la muchacha. 

Y entonces él la beso. Un beso frío y dubitativo, mientras los brazos de ella colgaban junto al cuerpo, inertes. Un beso rápido de apenas unos segundos. La chica se bajó del muro y el hombre se quedó allí vacilante, en espera de que la orden de seguirla le llegara al cerebro.

La salida del sol, aunque bastante tamizada por un capa fina de nubes que aplanaba el encuadre, volvió a reclamarnos la atención y nos olvidamos de nuevo de la pareja.

El sonido es más rápido que el olor. Debió de transcurrir una media cuando nos llegó la voz cazallosa del hombre, precediendo al aroma del ron, que gritaba y nos señalaba.

—Estos que deben ser profesionales, que nos hagan estos la foto.

Y allí nos tienes, a las nueve menos cuarto de la mañana, fotografiando a la parejita.

—Menudos frikis, los hay que no tienen vida—añadió el vacileta borrachuzo a su colección de frases.

Y ya no pude contener la risa.